(Un año para recordar)

Resulta complicado resumir todo lo que le ha pasado al CNW Sestao este año. Porque, básicamente, el CNW Sestao no existía hace 12 meses. Lo que teníamos hace apenas un año eran dos clubes vinculados a los deportes acuáticos, trabajando cada uno por su cuenta por sobrevivir y sacar adelante sus respectivos proyectos. Ahora somos lo mismo, caminamos por la misma senda y estamos dando los pasos en la misma dirección. Echando la vista atrás, y recordando la situación en la que estábamos, parece que nos separa un mundo de aquellas primeras reuniones a finales de abril-mayo cuando un grupo de gente con ilusión nos juntamos para plantear un proyecto común, capaz de aunar la natación y el waterpolo bajo el mismo paraguas y bajo las mismas premisas educativas. El resultado de aquellas reuniones, en las que no veíamos claro por donde empezar y en las que todo parecía imposible, sumado al trabajo de estos meses por poner en marcha aquellos puntos, acuerdos y pequeños objetivos, es el punto en el que estamos hoy.

Hay que reconocer que, a pesar de toda nuestra ilusión, las circunstancias no han sido muy favorables. Sin calles para entrenar. Sin piscina para jugar partidos. Repartiéndonos como podíamos con otros clubes y con los usuarios. Sin apoyos. Sin respuestas. Sin nadie que nos echase una mano desde arriba. Enfrentándonos con situaciones muy desagradables en el día a día. Todos nuestros planes, nuestras planificaciones de trabajo o nuestros objetivos a corto plazo, tenían tenido que ser modificados muchas veces sobre la marcha, a pie de piscina, o directamente en el agua. No ha sido un camino fácil. Sobretodo porque luchar contra el desanimo es una tarea complicada. En algunos momentos, tengo que reconocer, se nos pasó por la cabeza -se me pasó por la cabeza- tirar la toalla. Pero no lo hicimos. No tiramos la toalla, porque sabíamos que podíamos hacerlo.

Porque se puede hacer. Sin calles. Sin piscina. Sin apoyos. Sin respuestas. Sin nadie que nos eche una mano desde arriba…se puede hacer. Se puede. Se puede. Se puede. Con ganas, con entusiasmo, con paciencia y con esfuerzo, se puede hacer. Claro que se puede hacer. Con un motivo, un objetivo claro y con gente capaz de entender que las cosas no suceden de la noche a la mañana, se puede.

Hoy estamos haciendo balance del año, y ese es mi balance: se puede hacer.

Hemos partido del trabajo que otros habían hecho, de todo el poso que recibíamos y, respetando sus principios básicos, hemos dado una vuelta de campana y hemos planteado una estrategia para trabajar, un sentido a nuestros esfuerzos y una dirección para nuestro club. No tenemos muy claro donde queremos llegar, porque nos sabemos cual es nuestro potencial todavía, pero si sabemos hacía donde queremos ir. Y eso es lo más importante.

Hoy, cerrando el año, podemos decir que hemos hecho algunas cosas que pueden haber sentado las bases de un gran recorrido a medio / largo plazo. Hemos afianzado nuestra identidad como club, una identidad basada en pensarnos a nosotros mismos como un equipo modesto, humilde y obrero, con gente ilusionada por el agua y por divertirse haciendo las cosas con cabeza y con calma. Gran parte del esfuerzo ha sido anónimo y silencioso. Hemos dedicado duras jornadas de trabajo, muchas horas y mucha energía para ver aparecer alguna luz.

Cerramos 2012 siendo eso, un equipo modesto, humilde y obrero, que tiene los problemas de un equipo modesto, humilde y obrero que entrena en una instalación municipal y pretende servir a su pueblo y su contexto desde esa realidad. Cerramos 2012 siendo algo más que un club.

Para mi es un orgullo pensar que a estas alturas, y con todo lo que hemos pasado, muchos de nuestros nadadores tienen mínimas acreditadas y que otros muchos las conseguirán en los próximos meses (pensando incluso en campeonatos de España); que nuestros cadetes de waterpolo (que en realidad, la mayoría, son infantiles) han hecho un gran papel en el inicio de temporada y que han demostrado, cuando han podido hacerlo, que son grandes grandes grandes y que podemos pensar en ellos a largo plazo, porque van a hacer muchas cosas (y la prueba está en algunos serán convocados para la selección); que nuestros absolutos de waterpolo han conseguido evitar la extinción y se han convertido en la insignia de este club, no por sus resultados, sino por sus formas de hacer y su capacidad de sintetizar los valores que queremos transmitir a nuestros chavales (compromiso, alegría, compañerismo, ilusión, esfuerzo…).

Tenemos por delante un largo y complicado camino, pero el tramo más difícil ya lo hemos pasado (parece mentira que hace 6 meses casi nos quedamos sin waterpolo en Sestao y hoy estemos preocupándonos de entrenar a nuestros Benjamines). No me queda más que agradecer a este club y a la gente que lo forma la amplitud de miras con la que han demostrado ser capaces de actuar, la confianza que han depositado en generar una nueva manera de hacer las cosas y una nueva mirada desde el deporte. La confianza que han depositado en mi, personalmente.

Y también quiero agradecer desde aquí, y aprovechando que estamos haciendo balance, el trabajo y el esfuerzo de tres personas, que para mi son fundamentales para entender lo que somos. El primero es Endika Alonso, entrenador de natación de este club, que antes de llegar nosotros ya había puesto en marcha esa forma de hacer las cosas de otra manera, haciendo que los entrenamientos -además de intensos- sean un espacio de afecto, de amistad y de emoción. El segundo es Beñat López, nuestro secretario y coordinador, que es de quien hablo cuando me refiero al trabajo anónimo y silencioso, porque muchas veces desde la sombra es quien sostiene todo esto…no sólo encargándose de que todo esté en su sitio cuando tiene que estar, sino porque en muchas ocasiones es el encargado de aguantar las embestidas y darles la vuelta para que nadie tire la toalla. Y el tercero es mi compañero Ibon Vicente, entrenador de nuestros equipo de cadetes, que en los momentos en los que esto parecía que se acababa aguantó estoicamente y supo poner la energía allí donde hacía falta ponerla, en nuestra cantera. A él, que ha tomado las decisiones adecuadas a pesar de su edad, le debemos mucho de lo que somos hoy y por eso, aunque hay un montón de cosas que tiene por delante, es un ejemplo de trabajo, constancia y madurez.  Mis agradecimientos son para ellos (que en este tiempo se han convertido en compañeros, cómplices y amigos) y para otra mucha gente que ha querido tirar esto para adelante, desde la directiva (Simón, Aurora, Mamen, Fede…), pasando por nuestros deportistas, hasta sus familias (un pilar fundamental para poder entender porqué somos algo más que un club) y la afición, que nos acompaña en cada competición y partido.

Lo que toca ahora, que arrancamos un nuevo año y una nueva etapa (aunque estemos a mitad de temporada), es trabajar. Trabajar por hacer que la natación y el waterpolo sean, con mucha o poca ayuda externa, una referencia a nivel deportivo en Sestao, en la margen izquierda y Bizkaia. Trabajar porque lo que tenemos hoy se mantenga, crezca y se multiple, para que dentro de 3, 5 o 10 años recogamos los frutos de nuestra tarea, en forma en forma de personas formadas en valores a través del deporte, de nuestro deporte.

Nadie dijo que fuese fácil, nadie dijo que lo hariamos rápido, nadie dijo que veríamos los resultados pronto y nadie dijo que nos ayudarían desde fuera. Pero se puede hacer. Despacito pero sin pausa, entre todos, SE PUEDE.

Feliz año nuevo.

 

Eduardo Hurtado

(Coordinador técnico)

REFLEXIONES A PIE DE PISCINA VI