Este artículo tiene que ser leído con esta canción de fondo:

www.youtube.com/watch?v=1G4isv_Fylg

Acabo de llegar a casa, después de un día muy intenso. Partido por la mañana en la piscina de Askartza con nuestros cadetes y después, a la carrera, partido contra Maristas.

No hemos puntuado en ninguno de los dos. Pero hemos dado una lección en ambos.

En el primero, poco que decir, o mejor, poco que añadir a la actitud de nuestos chicos. Sabiendo que sus compañeros son mejores, porque llevan más tiempo jugando, no se amilanan. No se llevan a casa jamás una mala sensación. No hay derrota. Celebran los pocos goles que consiguen encajar como si fuesen los de la victoria. Aún cuando el resultado les va en contra, con 15, 20 o 25 goles de diferencia, siguen luchando, siguen nadando, van hasta el final. Qué orgullo tan grande. Qué ejemplo para todos. Además, no hay nada como tener en frente a personas que creen en lo que hacen y que cuidan la forma en que se consiguen las cosas, es siempre un gusto cruzar la ría hasta Leioa.

Y el segundo…si me permite el lector un guiño a mi vestuario, mucho habría que decir (…). Hemos perdido. De 4. Y le lector dirá, perder de 4 es mucho. Pues no. Porque hemos batallado desde el segundo 1 hasta el final del partido, en contra de lo que muchos se esperaban, y haciéndolo fácil y haciéndolo bonito. Seguramente mi compañero Bernar explicará los detalles con mimo y dará cuenta de las muchas cosas que hemos hecho y conseguido hoy en su crónica de mañana. Asi que yo, simplemente, voy a comentar un par de cosas que me gustaría que quedasen por escrito.

Hoy la grada temblaba. Colgada una pancarta de 4 metros en la que se leía el nombre de nuestro equipo. Los jugadores que no estaban convocados gritaban como si lo estuviesen. Los nadadores, que no juegan al waterpolo, pero lo sienten, hacían que aquello fuese como estar en nuestra piscina. La afición deslumbraba. Una energía bestial recorría los cuerpos de nuestro equipo, una energía que iba, venía y se hacía cada vez más intensa. Una energía que proviene, simplemente, del profundo respeto y aprecio que nos tenemos los unos a los otros. Una energía que proviene del esfuerzo de un grupo de gente que no ha dado nunca nada por perdido, a pesar de tenerlo en contra. Una energía que aparece porque TODOS, por muy mal que esté todo, nos tiramos la agua, siempre. Una energía que demuestra que somos bastante más que un equipo…y esa energía es la que nos ha llevado hoy a invocar a la épica.

Hemos perdido, de 4. Pero la victoria es nuestra. Radicalmente nuestra. Es la victoria de la humildad, de la pasión y del respeto por nuestro deporte, el waterpolo. Es la victoria de un grupo de gente que lleva meses trabajando, haciendo las cosas con calma, paciencia y amor, sin pensar en los resultados. Es la primera victoria de grupo de gente que de aquí a unos meses va a dar mucho miedo en el agua…y si no, al tiempo. (En cuanto podamos entrenar a nuestras horas y en nuestra piscina).

La victoria es nuestra porque, a falta de 30 segundos para el final del partido nuestra grada y nuestros jugadores han aprovechado para venirse arriba y dar el partido por concluído cuando, con el grito «bat, bi, hiru, lau, Waterpolo Sestao» agarrados los unos a los otros y haciendo temblar los muros, han demostrado que 4 goles no marcan la diferencia.

Este que les habla, que es un antiguo nadador sin muchas aspiraciones deportivas, pero que sabe que todo en esta vida se consigue con esfuerzo, hoy se va contento para casa. Hace 6 meses este equipo estuvo a punto de tener que cerrar su sección absoluta masculina y nadie daba un duro porque pudiesemos salir a flote.  Hubo mucha gente que dijo que no se podía. Y hoy estamos en la situación de tener 19 personas entrenando diariamente en el absoluto, con ganas. Un grupo de cadetes que se merecen todo nuestro respeto porque nos demuestran cada día cómo hay que hacer las cosas, y que el día que puedan jugar contra chavales de su edad (y no contra tios que les sacan 2 y 3 años de diferencia), van a ser de lo mejorcito del deporte vasco. Y una sección Benjamin, recién puesta en marcha, que es el compromiso y el manifesto más firme que podemos hacer para el waterpolo. Y creciendo. Y creciendo de la mejor forma posible, que es desde el afecto, el compromiso y la educación en valores.

Hoy ha quedado claro que el CNW Sestao es un equipo pequeño, que entrena cuando le dejan, en una piscina pública, y que defiende su identidad obrera y su dimensión. Un equipo no le teme a nada y que sabe que  su grandeza está en cómo hace las cosas, por encima de los resultados. Hoy ha quedado claro que el CNW Sestao es algo más que un equipo.

Hoy en la piscina, algunos me han mirado estupefactos cuando les he gritado a los jugadores: NO NOS IMPORTA EL RESULTADO, LO QUE NOS IMPORTA ES EL PROCESO. Y eso es hasta el final. Ese es el camino.

Les prometí a mi jugadores que la primera victoria de la temporada iba con invitación de cena. Y hoy, le pese a quién le pese, nos vamos a comer un plato combinado con doble de patatas.

Cuidado con el más pequeño…que suele ser el que pega antes el estirón.

ORGULLOSO DE SER ENTRENADOR DE ESTE CLUB, MIEMBRO DE ESTE EQUIPO, PARTE DE ESTA FAMILIA.

AUPA SESTAO!!!!

 

 

Eduardo Hurtado

Coordinador técnico

 

Reflexiones a pie de piscina V