No es fácil tomar ciertas decisiones. Para el equipo técnico del CNW Sestao ha sido muy complicado decidir qué hacíamos con nuestros chavales esta temporada. Por un lado, desde un punto de vista técnico, es una salvajada poner a jugar al waterpolo a niños de 12 años con chicos de 15. No están preparados ni técnica ni físicamente para ello. Pero por otro lado -ante la falta de medios, posibilidades, instalaciones y deportistas- nos veíamos en la obligación de mantener a nuestra cantera unida. No queríamos separarlos, cediendo jugadores a otros equipos. Quizá tomamos la decisión de una forma egoísta y visceral, sabiendo que este año ibamos a quemar una etapa de formación fundamental para la práctica de este deporte. Quizá tomamos la decisión sabiendo sumándola a otras problemáticas y poniéndonos más escollos en el camino.
Hablamos con nuestros chavales para explicarles esta decisión y les advertimos de todo eso. Les dijimos que no iba a ser fácil, que iban a tragar mucha agua y que les iban a pasar por encima tios mucho más grandes que ellos. Pero también les dijimos que, a cambio, iban a aprender mucho, iban a evolucionar deportivamente y que iban a “explotar” como waterpolistas. Les transmitimos nuestra falta de preocupación por obtener resultados y nuestra disposición a centrar el trabajo en los procesos. Para nosotros lo más importante no es ganar, es que den todo lo que tienen en los partidos, su entrega en el agua, y que cuando las cosas no vayan bien no se rindan.
Y con todo eso encima, con todos esos pesos, con todo en contra, nuestros chicos tienen mucho que enseñarnos…
El primer partido de los cadetes (la mayoría infantiles) se resolvía tal y como nosotros habíamos pronosticado. Con un resultado claramente desigual. Y aún así, ellos marcaron un tanto en el último cuarto y se quedaron con eso. Se quedaron con lo bueno que habían hecho y salieron del agua con una sonrisa de oreja a oreja, diciendo lo bien que se lo habían pasado. Esto se quedó así, y siguieron entrenando muy fuerte. Cada día más.
La semana pasada jugaron su segundo encuentro en la piscina del Deportivo (una piscina que nunca fue sencilla para el Sestao). Y empataron a 8. Empataron, sí. Empataron. Pero es que además llevaron una diferencia de dos tantos a favor durante todo el partido, que al final se perdió por una simple cuestión de fondo físico. Es decir, casi ganan. Y ese “casi ganan”, contra chicos que les sacan años de entrenamiento, experiencia y centímetros de altura, es algo que nos pone los pelos de punta. Que nos demuestra que los muros están para plantarles cara…y eso es una gran lección para todos y para todas.
Quizá fuese por la fuerza y la energía de la afición de este Club -que vale su peso en oro- lanzaba desde la grada. Quizá porque, a lo mejor, no lo estamos haciendo mal del todo a pesar de nuestras dudas y nuestros miedos como entrenadores. Quizá porque ese día estaban los ánimos por las nubes o, simplemente, porque tenemos un grupo de chavales de una calidad humana y deportiva de excepción, que nos ha demostrado que no se van a rendir fácilmente ante las dificultades.
Queda mucho trabajo por delante, muchas horas de agua, muchos resultados negativos, mucho que luchar…pero a veces los más pequeños son los que más nos enseñan. Nos han recordado que todo lo que hacemos es y debe ser para ellos, y que merece la pena…no porque ganen (que lo harán) sino porque luchan y se lo dejan todo.
Gracias chicos por esta lección. Nuestro orgullo es nuestra cantera.
Eduardo Hurtado
Coordinador técnico